Las infecciones vaginales son muy comunes y aproximadamente el 85% de las mujeres presentaran alguna en su vida, es normal que se presente en pacientes con factores de riesgo entre uno a dos cuadros por año, Las infecciones vaginales no tienen relación directa con la actividad sexual, por esta razón pueden cursar con ellas personas sexualmente activas e incluso aquellas que no ha tenido actividad sexual.
La vagina normalmente tiene un grado de acidez, un pH de 3.5 a 4.5, que mantiene las condiciones necesarias para que los microorganismos que la habitan estén balanceados
En la Vagina como en cualquier otra parte de nuestro cuerpo tenemos un sistema inmunológico ayudado por bacterias especiales (lacto bacilos) que nos protegen de otros gérmenes acidificando el pH vaginal. Cuando estas bacterias “buenas” disminuyen, la inmunidad de la vagina se debilita y ocurre una infección.
Este tipo de infección presente se denomina:
Vaginosis
Disminución de lacto bacilos elevación de pH vaginal y crecimiento de bacterias presentes en la flora vaginal (gardenella).
Vaginitis:
Inflamación vaginal secundaria a una infección por agentes externos a la flora vaginal
Las infecciones vaginales son más frecuentes cuando hay una disminución en la presencia de lacto bacilos esto se puede deber a las siguientes causas:
1) Tratamiento con antibióticos
2) Químicos o otros irritantes que se encuentran en los jabones, papel higiénico, toallas sanitarias
3) Duchas vaginales
4) Aseo con Benzal
5) Uso de ropa sintética o ajustada a nivel genital
6) Diabetes mellitus descompensada
7) Mal nutrición
8) Deficiencia de vitamina C y oligoelementos en tu alimentación
9) Estrés
10) Uso de anticonceptivos
11) Dispositivo intrauterino
12) Estados fisiológicos en los cuales los niveles hormonales disminuyan la inmunidad vaginal como: Embarazo, Menopausia, durante la menstruación o en la adolescencia.
Los principales síntomas en una infección vaginal son
Flujo: el cual puede ser blanco grisáceo, amarillento, verdoso y en ocasiones achocolatado, puede estar acompañado de mal olor.
Comezón: A nivel vaginal, o en labios mayores, la intensidad de esta puede ser variable.
Ardor: Principalmente vaginal y puede presentarse al orinar o posterterior a la relación sexual,
Disuria: Dolor al orinar, con la sensación de querer seguir orinando (tenesmo vesical)
Dispareunia: dolor al momento de tener relación sexual
Algunas pacientes llegan a confundir estos síntomas pensando que son normales, sobre todo por que algunas personas no los presentan todos y solo hay presencia de flujo o bien los síntomas son atípicos.
Si se tiene alguno de los síntomas anteriores es importante acudir al ginecólogo para que te valore, se realizara una historia clínica minuciosa, exploración vaginal armada (espejo vaginal) y colposocopia, en caso de ameritarlo tu médico solicitara estudios adicionales como cultivo y exudado cervicovaginal con antibiograma con el fin de determinar cual es el germen en especifico causante de dicha infección.
Una vez que haya determinado el germen en cuestión te indicara el manejo más adecuado, que puede ser con antibiótico, óvulos o cremas vaginales, acidificadores de ph o complementos alimenticios. Sobretodo a reestablecer tu flora vaginal con un pH adecuado
Con la finalidad de prevenir infecciones recurrentes es importante administrar tratamiento complementario a tu pareja, incluso aunque este no tenga síntomas.
En la Clínica de la mujer contamos con los métodos diagnósticos más sensibles para realizar la detección oportuna de infecciones y su tratamiento. Acude con nosotros ante cualquier duda.
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